jueves, 26 de febrero de 2009
Tarde/Noche con Amigos
Polo es de esos pibes que cosechan amistades en un abrir y cerrar de ojos. Su simpático carisma lo lleva a compartir momentos con personas de otras ciudades, en algunas ocasiones, a pocas horas de conocer sus nombres. A esos seres quizás los agasajó verbalmente en la rotisería que atiende todos los veranos, o en sus recreos playeros, jugando al voley como un verdadero winner y acaparando la atención de los presentes.
Él es de Capilla del Monte, para más datos. Aunque resulte extraño, no lleva impreso el característico acento cordobés, ya que manifiesta renegar de él.
Justo al lado de la rotisería trabaja su, oh casualidad, amiga Julia. Rubia ella, aparenta portar unos jóvenes 15 años, pero ya es mayor de edad, según asegura. Apelando al lenguaje más grosero y desagradable que pueda utilizar con el propóstito de graficar su inocultable belleza, Julia está recontra hiper cogible. Pero le juega en contra su parloteo insistente. Y si a eso le sumamos que el 90% de las palabras que pronuncia conducen a historias infantiles, la cabecita de novio dura poco. Pero la perdono, pese a que le doy la espalda sin disimulo, resignado a escuchar las estupideces que dice.
Estos personajes manejan los hilos del humor grupal, a tal punto de asemejarse a 2 cómplices hermanos.
Nuestra relación fluye sin problemas, pero debo reconocer que cada tanto me alejo de ellos, es que al no conocerlos del todo me siento un poco intimidado por sus personalidades.
Uno de mis refugios escapatorios es la playa, pero no me refiero a la que paramos habitualmente. Prefiero alguna desértica, alejada del febril amontonamiento de humanos. Luego de carpetear el nivel de convocatoria, me recuesto sobre un médano contemplando algo muy parecido a la paz. Esta escena duraría un par de horas, lo suficiente como para descansar de los acelerados manifiestos de Polo y Julia.
Dentro de la galería de amigos pasajeros se suma Valeria, a quien me la habían pintado como una muchacha alienada a la fealdad, cosa que yo no percibí. Su vestimenta deja mucho que desear, ok, pero la buena onda que expande cuenta a favor.
Boliche, fichines, plaza, centro, playa, depto, donde sea, las vacaciones se tornan doblemente disfrutables con el acompañamiento de estas almas frescas que encienden la tarde/noche.
En el sur está el agite. Y si no me creen, basta con hacer un pequeño censo para verificar que los compinches veraneantes provienen de barrios como Lanús, Adrogué, Burzaco o Quilmes.
Publicado por
Fede
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2 comentarios:
q personajes! jajaj
A la mierda que pluma hechaste pibe(!)
en los suburbios estan las historias.....
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