sábado, 25 de abril de 2009

Señorita Kioskera

"Muchas gracias por las monedas" me dijo la señorita, con tono amable y dulzón. Ya me había caminado medio Temperley y todo Adrogué. Mis piernas pedían un descanso y mis labios algo para tomar. La gaseosa que compré dio resultado, ya que a medida que bebía, iba sintiendo esa hermosa satisfacción por apaciguar la sed.

Mientras tanto, pensaba lo bien que le vinieron las monedas de 25 y 50 centavos a la chica. Al haber tenido una breve experiencia en el mundo kioskeril, uno comprende la desesperante necesidad ante la exagerada escasez de esta preciada pieza metálica. Llega un momento en el cual estás harto de disfrazar caramelos por moneda. Entonces pensé que le di un segundo de felicidad, sin querer. Porque si tenía un billete con la caripela de Bartolomé Mitre o del padre de la patria, seguramente iba a parar a las manos de ella. Pero qué se yo, lo lindo es que me llevé la sonrisa de la kioskera por tan sólo 2 pesos.

Creo que me enamoré. La próxima le pido que me tire un "graaaaacias, divino" para registrarlo como ringtone (?).

4 comentarios:

Jack Torrance dijo...

estaba linda??

La Mama de Roman dijo...

No coincido, hay q guardar las monedas de una.

Martin dijo...

Mama de roman: siendo tan amarreta ahora entiendo porque el romy nacio sin un padre amoroso(?)

que lindas las kioskeras y las de locutorio, muerte a las colectiveras simil moyano(?).

Kluivert dijo...

Ah, el amor... a mí me matan las mozas, me caso con todas (?)